Gilda - Crítica

"Gilda, are you decent?"

Producción: Columbia Pictures.

Distribuidora: Columbia Pictures.

País: Estados Unidos.

Dirección: Charles Vidor.

Guion: Marion Parsonnet. Historia: E. A. Ellington.

Música: Hugo Friedhofer.

Fotografía: Rudolph Maté.

Montaje: Charles Nelson.

Reparto: Rita Hayworth, Glenn Ford, George Macready, Joseph Calleia, Steven Geray, Rosa Rey, Joe Sawyer, Gerald Mohr.

Duración: 110 min.

Blanco y negro, 1.37:1, mono.

Plataforma: Filmin.

Prémiere en Nueva York: 14 de Marzo de 1946.

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Estamos en la época dorada del Cine Clásco hollywoodiense. Gilda fue toda una revelación, además de lanzar al estrellato la carrera de Rita Hayworth. Veamos qué tal ha envejecido esta cinta de Charles Vidor.

Virginia Van Upp se poníal al frente de la producción de este clásico de Hollywood donde la trama nos atrapará desde el principio. Las desventuras amorosas entre la pareja protagonizada por Rita Hayworth y Glenn Ford harán las delicias de un guion áspero, sagaz y muy elocuente. Es cierto que, con los filtros actuales, Gilda no pasaría del minuto uno. Sin embargo, más allá del estereotipo de femme fatal que recae en el personaje protagonista femenino, la impronta del código Hays se deja notar en algunos puntos.

Empezaré por el final: es concesivo. En tema de infidelidades, el código no era muy permisible que digamos. Sin embargo, en Gilda resulta bastante conciliador con la trama. Si bien es cierto, otro tipo de comportamientos se pagan con la muerte y aquí, cumple totalmente el código.

En lo que respecta al tema de vestuario, además de ser excelente, también cumple con el código hasta cierto punto. Por su parte, el personaje de Gilda se presenta como una femme fatale despechada que juega con el género masculino por puro despecho y aburrimiento. Sin embargo, hay mucho más telar que cortar aquí. Gilda es un personaje, al igual que muchos otros anteriormente, que se confieren como un tipo de mujer que sólo acarrea problemas a los hombres. Aquí es donde nace la trama de toda la película. Tal como era concebido entonces, en 1946, el uso de estos personajes tan estereotipados donde la femme fatale era una mujer atractiva que utilizaba sus encantos para seducir a los hombres, era bastante habitual -recordemos, por ejemplo, el caso de La mujer del cuadro (1944), de Fritz Lang. Siguiendo roles y estereotipos, si el final no otorga el "castigo" correspondiente, es el hombre el encargado de semejante tarea. Así es como ocurre aquí, en Gilda.

En este punto, os diré que el tema tan habitual de los llamados "tortazos" o slaps en el Cine Clásico, en esta cinta llegó a costarle dos dientes a Glenn Ford. Estoicamente mantuvo la actuación hasta el final.

Rita Hayworth se convierte en todo un objeto sexual, donde el deseo masculino es el causante del devenir de la protagonista. Cosificada y dependiente de las masas varoniles, Gilda busca hacerse hueco y obtener el poder en un mundo eminentemente patriarcal y masculino. A través del prototipo de mujer despiadada y seductora, logra alcanzar parte de ese poder. Que aquí no es otro que el dinero y la protección.

La obra de Vidor nos hace un retrato robot del estereotipo femenino de femme fatale a la perfección.

Farrell: "Eres un hombre afortunado". Mundson: "Yo hago mi propia suerte".

En cuanto al trabajo actoral, Hayworth hace una interpretación más que notable. Como espectadores, veremos al personaje, no a la actriz. Ford, por su parte, un tanto más modesto, supone el tándem perfecto en escena, donde la química entre ambos adquiere su punto más álgido a través del excelente guion de Parsonnet. Tal fue así que, en aquel entones, habían corrido rumores acerca de una posible relación entre ambos. Además, Hayworth estaba en plena separación de Orson Welles durante el rodaje.

En cuanto al guion, os contaré que, como anécdota, éste se iba escribiendo a medida que se iba grabando. Todas las mañanas, al equipo de grabación -incluido el reparto-, les llegaba el guion para las escenas que se rodarían ese mismo día.

Gilda: "Lo que quiero saber es, ¿esto te importa?"

El triángulo amoroso protagonizado por Hayworth, Ford y Macready nos dejará escenas muy reseñables en todo momento. La tensión y el suspense es la guinda final gracias a un guion nada parco y muy atrevido.

Vestuario y decorados dan ambiente a cada una de las escenas de manera correcta donde la luz y los claroscuros harán el resto en una trama llena de suspense.

La dirección, a cargo de Charles Vidor nos deja un trabajo excelente en el que Hayworth luce sobremanera.